ENSAYO
DE LA PELÍCULA: ÁGORA
Ágora se trata de una película dirigida por
Alejandro Amenábar, la cual nos retrocede
hasta la antigua Alejandría, donde la lucha de religiones es la
constante protagonista, y donde se destaca Hipatia. Una mujer que luchó por no
ser sometida a los estatutos de la época, dedicando toda su vida al
conocimiento, donde se destacaba en la filosofía, las matemáticas y la
astronomía.
La película centra su atención inicialmente
en el Ágora, centro político, social y cultural donde el pueblo se reunía a
debatir los problemas. El cristianismo que apenas se empezaba a extender por
toda la tierra comenzó a manifestar su fanatismo precisamente en este lugar,
utilizando burlas y ofensas contra los dioses del paganismo, hecho que desató
la ira de los paganos provocando una revuelta.
Y son precisamente las religiones las
causantes de las más grandes cruzadas a lo largo de la humanidad, donde el
fanatismo y los intereses religiosos sobrepasan cualquier barrera, incluso la
vida de las personas. Esto conlleva a una permanente lucha por quien conlleva
el poder, y qué religión prevalece por encima de la otra. Una constante que se
ha mantenido a lo largo de la humanidad.
Lo anterior se refleja en la película, donde
la violencia y la irracionalidad se impusieron por encima de la razón y el
conocimiento. Donde a causa de la presión, el gobernante de turno se vio en la
obligación de dejar ingresar a la biblioteca a los cristianos, los cuales a su
paso arrasaron con todo el conocimiento antiguo y las grandes obras de la
época, destruyendo completamente el lugar.
Otro aspecto importante que remarca la
historia es la frase: “si no estás conmigo, estás contra mí”. Expresión de
rechazo y repercusión contra aquel que no comporta los mismos pensamientos o
ideales. En el caso de Ágora, aspectos netamente religiosos, donde el fanatismo
hacia la religión cristiana obligaron Davo, un humilde esclavo al servicio de
Hipatia a abandonar todo, incluso las clases en la biblioteca donde se
destacaba por su inteligencia. Hecho que lo dejó en libertad pero que le costó
tener que olvidarse de un amor imposible, el de su ama.
Por otro lado, la película también sirve como
puente para mostrar como la religión incide fuertemente en la política. Hechos
que se ven claramente expuestos como la avaricia de poder, donde los
mandatarios religiosos desean a toda costa imponer su voluntad sobre el pueblo,
empleando los métodos de castigo más letales de la época, como lo era la
lapidación al que no se sometiera a las leyes.
Y fue precisamente esa la suerte que corrió
Hipatia, quien fue condenada por ser diferente, por no demostrar apatía por
religión alguna y por mantener una postura neutral, concentrando sus intereses
en los estudios y teorías astronómicas. La admiración y el respeto que el
pueblo le profesaba no le sirvieron para evitar ser acusada de brujería y
posteriormente ser lapidada.
Pero no solamente es el caso de Hipatia. Como
se mencionó anteriormente la religión ha sido causante de mucho derramamiento
de sangre a lo largo de la historia de la humanidad. Las cruzadas religiosas,
la inquisición, el clima de barbarie que se refleja en la película entre
cristianos y paganos y posteriormente cristianos y judíos hace pensar que el
hombre sigue en retroceso.
Un retroceso que hoy sigue reflejado en la
sociedad a causa del orgullo del hombre y su codicia por ser superior. La
religión es un causante y un factor adicional a la problemática, pero también
una excusa para atacar al prójimo simplemente por no compartir una ideología
que muchas veces es infundida y obligada a profesar.
El mensaje que Amenábar quiere transmitir en
su película, no es cuestionar ni hacer sentir culpables a los cristianos, por
el hecho de causar grandes conflictos, sino mostrar lo que el fanatismo
religioso puede cosechar: incultura, discriminación, intolerancia, violencia,
derramamiento de sangre y esa incansable guerra por causa de algo que en vez de
crear diferencias, nos debería unir como hermanos.
Ágora es una película que toca mucho nuestra realidad,
donde demuestra que hoy en día mantener los ideales es muy complicado, y mucho
más en una sociedad violenta y marcada por el odio, la venganza y la sed de
poder. Donde pocos tienen la razón y el que trata de proponer un cambio es
silenciado.
En conclusión, es innegable reconocer que la
sociedad actual necesita que nazcan muchas hipatias y muchos hombres
interesados en cambiar el rumbo, salir de la oscuridad y comenzar a tejer un
nuevo sendero, donde no reluzca tanto el fanatismo por una religión, sino el
interés por cambiar la historia.
¿La
ignorancia y el fanatismo religioso han sido factores determinantes para
provocar las grandes revueltas de la humanidad?